En términos generales, la metafísica inicia con Parménides y Heráclito, aunque sería mejor decir que fue con el pensamiento griego gracias a ese sabor ontológico propio de la lengua griega. Sin embargo, como es sabido fue Aristóteles en primero en sistematizar esos saberes en su Filosofía primera (que solamente cuatro siglos después dio en llamarse metafísica). ¿Qué es el ser (ón)?, fue la pregunta de Aristóteles (Libro VII). Y sus respuestas atravesaron la historia de la filosofía, pasando por el pensamiento helénico, el latino y toda la Escolástica, con Tomás de Aquino y Duns Scoto, entre tantos otros. Luego, en la llamada Edad Moderna, igualmente se mantuvo el hilo aristotélico, desde Francisco Suárez hasta Husserl, podría decirse, pasando por Descartes, Leibniz, Spinoza, Kant, Hegel...
Vendrá a ser Heidegger, en el siglo XX, quien cuestione la poca criticidad y atención con que se ha estudiado el problema del ser; y gracias a él, la ontología toma un papel central. En América Latina, la influencia del pensamiento ontológico heideggereano es no poca, influenciando inclusive a un pensador tan original como Rodolfo Kusch, quien nos pone a pensar cómo los latinoamericanos deberíamos asumir el problema del ser, atisbando por de pronto una respuesta bastante perspicaz: desde el estar, como categoría ontológica fundamental del pensamiento filosófico latinoamericano. ¡Quedamos, entonces, invitados a hundirnos en este pensamiento! Empezaremos por leer detenidamente a Heidegger. ¡Bienvenidos!
